Aún recuerdo como el año pasado, al finalizar la carrera y tras la entrega de trofeos, muchos fueron los que, no sólo a mi, sino a todos los Sarrios, nos felicitaron por la organización de la carrera. Todos formamos un puzzle que conseguimos ensamblar correctamente pero, ¿podríamos repetir ese puzzle? ¿habremos puesto tan alto el listón que seremos incapaces de estar a la altura al año siguiente?, me preguntaba yo.
Estaba claro que íbamos a hacer lo posible por, al menos, igualar lo del año pasado. Además, teniamos mucho terreno ganado. Ya sabíamos donde colocarnos cada uno y que función desempeñar. Sabíamos a que puertas llamar y podíamos buscar nuevas colaboraciones. Podría decirse que, desde el punto de vista administrativo y de secretaría estaba gran parte del trabajo hecho. Pero unos no somos nada sin los otros. Un magnífico trazado no es nada sin un buen equipo gestionando inscripciones y solucionando problemas y viceversa. Un mal trazado haría que nadie recordase el magnífico trabajo hecho desde secretaría.
Aquí estaba el mayor problema. Trazar. Estábamos ante un mapa muy bien hecho y con todos los detalles, obra de Santiago Chóliz. Tanto detalle nos daba ganas de colocar una baliza en cada piedra, en cada muro o cortado... Las piezas del puzzle que debían encargarse de dibujar éramos Luis Antón, Miguel Angel Alloza y yo. Los trazados que mas problemas nos dieron fueron los de las categorias inferiores. Pese a ser un mapa con muchas referencias en las que apoyarse, es cierto que estas categorías estan mucho mas acostumbradas a moverse cerca de caminos, cosa que en este mapa no había. Los trazados de las categrías superiores los hicimos con la intención de no dar descanso en ningún momento a los corredores: cambios de direccíón, trazados largos combinados con cortos... y, en las categorías "gordas" una sorpresa final que, como ya imaginábamos, iba a marcar la diferencia de la carrera.
No se cuántas veces pregunté "¿Qué te ha parecido el trazado?¿Estaban bien puestas las balizas?" Y las respuestas fueron las mismas. "Todo bien, el trazado acojonante, pero la parte final habia sido un buen regalo..." Cuando empezamos a oir estas palabras, todo volvio a la normalidad y nuestro estado de nerviosismo desapareció.
Parecia que otra vez lo habiamos vuelto a hacer. El listón que tan alto pusimos el año pasado, lo habíamos, al menos igualado. No pude estar en la entrega de trofeos (estuvimos esperando a que llegasen 2 corredores), pero por lo que sé, hubo unas cuantas ovaciones. ¡Habiamos acabado el puzzle y encima le habíamos puesto un bonito marco!
Ahora sólo queda agradecer a todos los que han puesto su granito de arena, tanto de la familia de los Sarrios como de los colaboradores en la carrera. Esperamos que al año que viene repitaís con nosotros, pues intentaremos superar el listón que este año hemos subido. De verdad y de todo corazón, muchas gracias a todos.
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